Adiós Yo

Siempre he tenido una lucha con algunas personas sobre ciertos asuntos , que desde mi punto de vista son muy diferentes. ¿Cuáles son?
Uno es tener un carácter infantil y otro es ser infantil.
Actualmente está de moda decir que "Eres una persona infantil" si te gusta los dibujos, escuchas canciones o ves películas de disney, o te gusta hacer tonterías...
Y te etiquetan sin saber exactamente la diferencia.
Tengo una lucha constante para defender que no es lo mismo ser una persona infantil a tener un carácter infantil. Uno es ser niño (malcriado) y otro es ser risueño (inocente). Aunque puedan parecer iguales no lo son...
Pero entiendo que éstos conceptos se puedan confundir, porque después de todos los humanos crecemos, evolucionamos y nos desarrollamos. Lo que nos gustaba cuanto teníamos 10 años, quizás con 15 o 25 ya no. Quizás antes no te gustaba algo y ahora si. Es algo extraño pero cierto, y muy pocas personas han logrado encontrar la diferencia, el punto que separa uno del otro.
Yo hasta hace unos días no sabía como explicarlo... pero ahora tengo las palabras y un ejemplo totalmente claro. 

Cuando tenía unos 15-16 años vivía fervientemente como una Otaku; hacía colecciones, veía series, sabía cientos de canciones e incluso coleccionaba mangas (cómics) y animes (películas/series), era algo que me llenaba y me interesaba, en cierto modo gracias a ésto comencé a encontrar aquello que me gustaba o, quizás a demostrar aquel talento oculto que tenía y que gracias al cielo, aún tengo. 
Al llegar a los 16 casi 17 me desperté. Yo la llamo mi parte de desintoxicación. Comencé a salir con amigas que no sentían la devoción ésta, y terminé alejándome en cierto modo. Vendí mangas y me arrepentí, perdí aquella esencia importante... 
A los 17-18 volví a mi mundo de felicidad. Me rehabilité a mi adicción y seguí viviendo en mi mundo de fantasía. Yo seguía creciendo, pero una parte de niña se seguía aferrando a aquello que me gustaba, a aquello que me hacía diferente, que me hacía sentir cómoda y sin ser juzgada. 
A los 19-20 entré en crisis. Se supone que debes cambiar, que debes alejarte de aquello que hacías de pequeña, debías madurar y seguir haciendo lo que hacías de pequeña, era una forma de involución. Alargar la infancia. 
Ese mismo año conocí a los Johnnys, me desencanté de el mundo de la animación, para caer en un mundo más real, pero al mismo tiempo igual de ficticio. Nuevamente encontré aquello que me hacía sentir segura, protegida... No eran dibujos,no era animación y nada que se pudiera relacionar con algo de pequeña. Pero aún así, si que seguía teniendo un hilo, algo que me mantenía unida a esa parte de mi.
Actualmente con 23 años me encuentro en una situación más o menos igual, pero diferente... No estoy en guerra con mi parte infantil o mi parte madura. Las dos conviven conmigo, y son partes importantes de mi. Siempre me gustará el anime/manga y siempre me gustaran los Johnnys/doramas. Pero hay algo que ha cambiado... 
Antes buscaba cosas que estaban muy lejos de mi, cosas que me gustaban y me hacían sentir que no pertenecía al lugar donde vivía. Sentía que Japón y los japoneses formaban más parte de mi, que los americanos o europeos. ¿Por qué? Porque una parte de mi, seguía anclada a esos momentos infantiles, a esos recuerdos acogedores, tiernos, seguros... sin preocupaciones. 
Inconscientemente mi cerebro se sentía atraída por cosas que me hacían sentir como aquellos momentos. E incluso los repetía, pero jamás eran como los primero... ¿Por qué? Porque sin darme cuenta iba evolucionando, madurando... dejando a esa niña detrás. 
Ahora le digo adiós a esa parte infantil mía, que me mantenía anclada al mundo infantil, al mundo de protección y no me dejaba ver más allá de lo que estaba en mi zona de confort.
Mi cerebro relacionaba anime-johnnys con la tranquilidad de la calma, mientras que las demás cosas o realidades fuera de mi pequeño mundo, eran extrañas e incómodas. Era madurar.
Y todo el mundo puede hacerse el macho, pero entre tu y yo... ¿A quién no le da miedo crecer? Da miedo, es una carga de responsabilidades abrumadora... pero como dice el dicho "El cuerpo sabe cuando debe ocurrir todo..."
Quizás empecé tarde mi proceso madurativo, quizás fue más complicado que el de los demás, pero he estado rodeada de buenos momentos, agradables recuerdos y algo de forma totalmente involuntaria, acompañada por grandes figuras (Los Johnnys: Inoo, Taisuke.../ Sakura, Fushigi Yugi, Naruto...) que me hacían mantener el rumbo en mi inestable barca. 
A los 23 años, luchando con mi parte infantil y mi parte adulta, encontré la respuesta... la fórmula perfecta para entender quien es una persona infantil y quien tiene un carácter infantil. 

Las personas infantiles aún están ancladas a ese campo de protección, agarradas con garras y dientes a aquel puerto que les hace sentir seguro, y que por muchos otros barcos que hayan en el mar, ellos se seguirán quedando ahí.
Las personas con carácter infantil han logrado encontrar cual es el ancla que les mantenía atada al mundo infantil. En mi caso la cultura japonesa (y todo lo que se refiere a ella en términos otakus) y han decidido dejarlas ir. Coger otro barco pero sin anclarse, sin depender que la estabilidad de ese barco dependa tu felicidad. 
Y que lo deje marchar no significa que dejará de gustarme y que lo ocultaré. Más bien será como un álbum de recuerdos... cada vez que quiera rememorar esos sentimientos tan sólo será abrir una página y listo. 

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